BARTLEBY

Un cuento sobre la soledad, el lenguaje y el silencio.
Adelantado a Franz Kafka, celebrado por Jorge Luis Borges,
recuperado por Enrique Vila–Matas, levantado como proclama
por Giorgio Agamben y actualizado por Byung–Chul Han en los
tiempos que corren. Bartleby, el escribano, pese a su brevedad,
nos confirma con grandeza que la negación es una consigna
vigente para subvertir el mundo laboral. Del mismo modo que
una excusa e invitación –también escondidos tras un biombo–
para detener el tiempo de la producción y resistir el ocio de la
lectura, mirando hacia ese interior que tanto perturba a las
personas ocupadas.
¡Aún puedo revivir la primera impresión de su figura
pálidamente pulcra, desoladoramente respetable,
irreversiblemente triste!

Herman Melville nació en 1819 en Nueva York y murió en la misma ciudad
en 1891. Su obra es imposible de leer separada de su propia vida. A
temprana edad, luego de quedar huérfano de padre, se embarca en
buques mercantes y balleneros, experiencia que permea de manera
personal toda su obra. A través de relatos intensos, recogerá la historia
de una escapada juvenil a una isla habitada por caníbales, un motín a
bordo de un barco negrero, así como la arrebatada locura de una
tripulación tras un leviatán. Esta última, se trata de Moby Dick (1851) su
novela más emblemática, considerada en la actualidad el libro más grande
escrito sobre el mar, pero que al publicarse no gozó de popularidad.
Melville conoció la fama de manera tardía y el olvido estuvo presente
hasta el final de sus días. El manuscrito de su última obra, Billy Budd,
marinero, solo fue encontrado veinte años más tarde. Una nota del New
York Times, a modo de obituario señaló: “En la semana en curso ha
fallecido a edad avanzada, y ha sido enterrado en esta ciudad, un hombre
tan poco conocido, incluso de nombre, de la generación que actualmente
está en la flor de la vida”.

2022
N° páginas 76
Encuadernación Tapa blanda
Dimensiones 17cm x 11.5cm